Una de las mejores formas de conocer un vino es ir al lugar donde se produce y conocer la filosofía de la bodega y del equipo que allí trabaja.
En septiembre de este año tuve la suerte de poder visitar Bodegas Baigorri , fue una visita muy especial, con una compañía increíble. En este nuevo post voy a intentar trasladaros lo que allí nos transmitieron y cómo lo vivimos.
Bodegas Baigorri está situada en la localidad de Samaniego, provincia de Álava y pertenece a la DOCa Rioja. Una vez que llegas a Samaniego es de las primeras construcciones que se observan, un cubo de cristal en medio de un mar de viñedos.
Una vez que se entra a la bodega, sorprende la entrada, un espacio diáfano, en el que solo hay unas tumbonas con vistas a los viñedos y a la escalinata que baja por los diferentes pisos de la bodega. No es una construcción convencional, el arquitecto Iñaki Aspiazu, quiso integrar la bodega con el paisaje.
Una vez que comienza la visita, nos trasladamos a la zona de la tienda, donde va a dar comienzo la introducción a la visita, la guía, comenta los diferentes vinos que aquí se producen, la historia de la bodega, de sus propietarios y de la arquitectura tan especial que tiene. Antes de bajar a la zona de producción, se visita una sala donde se pueden ver fotos de las diferentes etapas que se dieron durante la construcción de la misma.
Bodegas Baigorri fue construida para ser visitada, de modo que las visitas no interfieran en el trabajo diario de la bodega. La gravedad es el elemento principal en la bodega, va a estar presente en todas las etapas de elaboración, desde la entrada de la uva en los depósitos después de pasar por la mesa de selección, hasta en los remontados durante la fermentación alcohólica, para finalizar con el envejecimiento en barrica y el posterior embotellado.
Durante la visita se ve casi toda la bodega, se tiene una imágen clara de todos los depósitos que utilizan (algunas tinas de madera para sus vinos más especiales), por último se ve una parte de la sala de barricas.
La visita que realicé incluía comida en el restaurante de la bodega, y allí tuvimos la suerte de poder probar 8 de sus 9 vinos. Cabe destacar la amabilidad de sus empleados y la atención recibida.
Eché en falta una explicación de cada uno de los vinos, por pequeña que sea, te ayuda a comprenderlos mejor y a saber apreciarlos.
Los vinos que tuvimos la suerte de catar fueron:
- Baigorri Rosado: elaborado con tempranillo y garnacha y fermentado con levaduras autóctonas en depósitos de acero inoxidable. Cabe destacar su color rojo vivo.
- Baigorri Blanco fermentado en barrica: sin duda un blanco excepcional. Elaborado con viura y malvasía. La fermentación y crianza se realiza en barricas de roble francés.
- Baigorri Maceración Carbónica: elaborado con tempranillo. No deja indiferente.
- Baigorri Crianza: elaborado con tempranillo, garnacha y otras variedades autóctonas (no especificadas en la visita ni en la página web). La crianza se realiza en barricas de roble francés y americano. Madera casi imperceptible.
- Baigorri Reserva: elaborado con la variedad tempranillo. La crianza se realiza en barricas de roble francés.
- Baigorri Belus: elaborado con tempranillo, mazuelo y uvas autóctonas (no especificadas en la visita ni en la página web). La crianza se realiza en barricas nuevas de roble francés. Se trata de uno de los Vinos de Autor que produce la bodega. La fruta se sobrepone a la madera.
- Baigorri Garnacha: elaborado 100% con garnacha. Sin duda uno de mis favoritos. La crianza se realiza en barricas de roble francés durante 14 meses, es otro de los Vinos de Autor de la bodega.
- Baigorri de Garage: elaborado con la variedad tempranillo, es otro Vino de Autor de la bodega. La fermentación la realiza en tinas de madera. Sedosidad en su paso por boca.
Una experiencia única en una bodega peculiar y que no dejará indiferente a nadie.
Soraya
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